Para muchos inmigrantes existen barreras que impiden la estabilidad financiera y de vivienda
Jaime es un cliente de Rapid Rehousing de Family Eldercare. Es inmigrante, residente permanente desde los treinta y pocos años y lleva décadas pagando impuestos de la Seguridad Social con su salario. Sin duda, Jaime cumple los requisitos para recibir prestaciones de la Seguridad Social. Sin embargo, tiene un obstáculo que le impide acceder a esas prestaciones: es necesario presentar una tarjeta de residencia permanente en el momento de la solicitud y la tarjeta de residencia permanente de Jaime fue desechada recientemente por sus antiguos compañeros de piso.
Al igual que los ciudadanos estadounidenses, los titulares de la tarjeta verde o residentes permanentes tienen derecho a las prestaciones de la Seguridad Social (jubilación e invalidez). Para empezar a cobrar las prestaciones de jubilación, los residentes permanentes deben haber acumulado cuarenta créditos de trabajo, o el equivalente a diez años de trabajo, y tener al menos sesenta y cinco años.
Jaime nació y creció en Costa Rica. A los 32 años se enamoró de una estadounidense. Pronto se casaron y se mudaron a Texas con la esperanza de vivir el sueño americano. Jaime pudo conseguir la residencia permanente como ciudadano estadounidense y empezar una vida con la mujer a la que amaba entrañablemente. Al cabo de unos años, su mujer empezó a maltratar físicamente a Jaime hasta el punto de que ambos se divorciaron y suspendieron toda comunicación. Sin amigos ni familiares a los que recurrir, Jaime comenzó el viaje de su vida, solo y con pocos recursos.
Por medio de la Comisión de la Fuerza Laboral de Texas, Jaime pudo aceptar muchos trabajos por contrato que le proporcionaron una vida digna. Llegó a trabajar por todo Estados Unidos y disfrutó viajando para conocer nuevos lugares.
"Conseguir mi tarjeta de residencia permanente significa recuperar mi independencia. Volveré a tener opciones y eso es lo que más me ilusiona".
En 2001, Jaime comenzó lo que se convertiría en un largo y doloroso periplo de diversas complicaciones médicas. En 2021 desarrolló un cáncer y tuvo que someterse a operaciones que le dejaron hospitalizado durante meses. Al no poder obtener ingresos durante este periodo, sus compañeros de piso tiraron todas sus pertenencias, incluidos documentos vitales como la ID, el pasaporte y la tarjeta de residencia permanente.
Cuando por fin le dieron el alta, Jaime no podía andar ni trabajar. Jaime ya no tenía ingresos ni un lugar al que llamar hogar. Y ahora, sin ninguna forma de verificar su identidad, Jaime no podía acceder a las prestaciones, como la seguridad social, por las que había pasado toda su vida trabajando. El hospital decidió enviar a Jaime al Austin's Protective Lodging, un motel comprado por la ciudad para proteger a los habitantes de Austin sin vivienda del COVID-19.
Afortunadamente, los asistentes sociales consiguieron que Jaime fuera remitido a Family Eldercare, donde conoció a Fela, su asistente social de Rapid Rehousing. Las dos se pusieron rápidamente manos a la obra y consiguieron alojar a Jaime en Northgate Hills y, más recientemente, en los apartamentos Dryfield.
Aunque Jaime tuvo éxito con su situación de vivienda, obtener sus documentos vitales fue una historia diferente. Hace más de un año, Jaime y Fela se reunieron con Caridades Católicas del Centro de Texas, que proporciona los servicios legales gratuitos de inmigración necesarios para ayudar a Jaime a obtener su tarjeta de residencia permanente. El proceso podía tomar de 2 meses a 2 años, pero primero Jaime necesitaba obtener su identificación y pasaporte. Para obtener estos documentos, Jaime y Fela tendrían que trabajar con el Consulado de Costa Rica ubicado en Houston, Texas. Hace tan solo unos meses, los dos pudieron concertar una cita y conducir hasta Houston para obtener el documento de identidad de Jaime. Este paso era vital para poder obtener el pasaporte de Jaime, lo que finalmente ocurrió hace unas semanas. En una entrevista con Fela, ella dijo: "Este es sólo el primer paso para que Jaime ingrese a Caridades Católicas. Ahora podemos por fin abrir un caso y trabajar para obtener la tarjeta de residencia permanente de Jaime. Una vez que la tengamos, podremos empezar a solicitar las prestaciones por las que Jaime ha trabajado tanto."
La emoción de Jaime irradiaba mientras hablábamos de estar tan cerca de la meta. Cuando le preguntamos si tenía algún pensamiento final, Jaime compartió: "Conseguir mi tarjeta de residencia permanente significa recuperar mi independencia. Volveré a tener opciones y eso es lo que más espero".