Jennie Edwards está teniendo un buen día. Acaba de recibir un mensaje especial de un antiguo cliente.
Jennie es tutora legal y los tribunales acaban de restituir los derechos de uno de sus antiguos clientes. Ha sido un objetivo a largo plazo para el cliente, y Jennie está encantada de que lo haya logrado.
Antes de volver al feliz día de Jennie, hablemos de la tutela en sí. La tutela es un proceso legal por el que un tribunal declara a una persona incapacitada o incapaz de ocuparse de su cuidado, salud, finanzas y otros asuntos cotidianos. Se nombra entonces a un tutor para que tome decisiones en nombre de esa persona.
Dado que nombrar a un tutor significa privar a una persona de sus derechos, debe ser la última y mejor opción disponible. Los tutores tienen responsabilidades legales del tribunal que deben cumplir. Convertirse en tutor certificado de una organización requiere muchas horas de formación especializada, supervisión y aprobar un examen estatal con la Comisión de Certificación del Poder Judicial.
Los familiares pueden convertirse en tutores si cumplen los requisitos legales. De hecho, en Texas se da preferencia al nombramiento de un familiar como tutor cuando es una opción adecuada. Para muchos en nuestra comunidad, sin embargo, nombrar a un familiar como tutor no es una opción. Puede ser que una persona haya perdido los lazos con sus familiares, que éstos no quieran o no puedan ser tutores, o que el tribunal descalifique a un familiar para ser nombrado tutor. Los programas de tutela como el de Family Eldercare son esenciales para las personas que no tienen familiares que puedan cumplir los requisitos de la tutela.
Jennie se toma muy en serio su responsabilidad como tutora.
"Busco los puntos fuertes de mis clientes. Les apoyo para que tomen las decisiones que puedan. Quiero que sientan autonomía".
En sus 14 años como tutora certificada, las experiencias que Jennie más aprecia son aquellas en las que puede ayudar a un cliente a ser más independiente, ya sea ayudándole a recuperar sus derechos o trasladándole a un entorno menos restrictivo en el que pueda prosperar de verdad.
"Te sientes muy orgulloso, feliz y emocionado. Es lo máximo, es simplemente inspirador".
Volvamos a nuestro día feliz. Mientras relata la alegría y la emoción de haber restituido los derechos de su antiguo cliente, Jennie recibe este mensaje especial de él.
"Siento que son como de la familia", dice. "Ha habido mucha gente que me ha dicho que debería echarme atrás, que no creían que pudiera soportarlo. Family Eldercare me ha respaldado. Mantuvieron su palabra, me ayudaron a recuperarme. Me ayudaron a recuperar mis derechos, que era mi principal objetivo en la vida. Estoy muy agradecido".
El día en que te enteras de que tus acciones han ayudado a alguien a alcanzar su principal objetivo en la vida es un buen día. Es un día feliz.